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1 REYES 10 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles.

2 Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía.

3 Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.

4 Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado,

5 asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada.

6 Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría;

7 pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.

8 Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.

9 Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.

10 Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y mucha especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Sabá dio al rey Salomón.

11 La flota de Hiram que había traído el oro de Ofir, traía también de Ofir mucha madera de sándalo, y piedras preciosas.

12 Y de la madera de sándalo hizo el rey balaustres para la casa de Jehová y para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores; nunca vino semejante madera de sándalo, ni se ha visto hasta hoy.

13 Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, además de lo que Salomón le dio. Y ella se volvió, y se fue a su tierra con sus criados.

14 El peso del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro;

15 sin lo de los mercaderes, y lo de la contratación de especias, y lo de todos los reyes de Arabia, y de los principales de la tierra.

16 Hizo también el rey Salomón doscientos escudos grandes de oro batido; seiscientos siclos de oro gastó en cada escudo.

17 Asimismo hizo trescientos escudos de oro batido, en cada uno de los cuales gastó tres libras de oro; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano.

18 Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo.

19 Seis gradas tenía el trono, y la parte alta era redonda por el respaldo; y a uno y otro lado tenía brazos cerca del asiento, junto a los cuales estaban colocados dos leones.

20 Estaban también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino se había hecho trono semejante.

21 Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; nada de plata, porque en tiempo de Salomón no era apreciada.

22 Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.

24 Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

25 Y todos le llevaban cada año sus presentes: alhajas de oro y de plata, vestidos, armas, especias aromáticas, caballos y mulos.

26 Y juntó Salomón carros y gente de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén.

27 E hizo el rey que en Jerusalén la plata llegara a ser como piedras, y los cedros como cabrahigos de la Sefela en abundancia.

28 Y traían de Egipto caballos y lienzos a Salomón; porque la compañía de los mercaderes del rey compraba caballos y lienzos.

29 Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientas piezas de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los adquirían por mano de ellos todos los reyes de los heteos, y de Siria.

  X


1 La reina de Saba había tenido noticias de la fama de Salomón y vino a preguntarle sobre cuestiones muy difíciles.

2 Llegó, pues, a Jerusalén con un gran número de camellos cargados de perfumes y de gran cantidad de oro y joyas. Cuando estuvo en la presencia de Salomón, ella le expuso todas sus dudas,

3 y Salomón aclaró todos sus problemas. No hubo misterio que el rey no pudiera aclarar.

4 La reina de Saba presenció la vida fastuosa de Salomón; vio la casa que se había edificado,

5 los exquisitos alimentos de su mesa, las habitaciones y los uniformes de sus servidores y las vestiduras de sus ministros, así como los sacrificios que se ofrecían en la Casa de Yavé.

6 Ella quedó maravillada, y dijo al rey: "Realmente era verdad lo que me habían dicho de ti y de tu sabiduría.

7 No creía lo que se me había dicho en mi país, hasta que he venido a verlo con mis propios ojos. Pero reconozco que no me habían contado ni la mitad. Tu sabiduría y bienestar supera todo lo que oí decir.

8 ¡Felices tus gentes! ¡Felices tus servidores, que están siempre junto a ti y escuchan tus sabias palabras!

9 Bendito sea Yavé, tu Dios, que te ha favorecido y te ha puesto en el trono de Israel. Yavé es quien, en su inmenso amor por este pueblo, te ha puesto como rey para que lo guíes con rectitud y justicia."

10 Luego ofreció al rey ciento veinte talentos de oro, perfumes y joyas en gran cantidad. Nunca había llegado tanta cantidad de perfumes como los que regaló la reina de Saba a Salomón.

11 Pero la flota de Hiram que traía oro de Ofir, también había traído de ese lugar gran cantidad de maderas de sándalo y de joyas.

12 Con las maderas de sándalo, Salomón hizo balcones para la Casa de Yavé y la casa del rey, así como cítaras y arpas para los cantores. Madera como aquélla no se ha vuelto a ver hasta el día de hoy.

13 Salomón dio a la reina de Saba todo cuanto ella quiso; además le hizo regalos como sólo él podía hacerlos. Después, ella se marchó y volvió a su país con toda su gente.

14 La cantidad de oro que cada año recibía Salomón era de seiscientas sesenta y seis barras de oro,

15 sin contar las tasas y contribuciones de los mercaderes, de los comerciantes y de todos los reyes extranjeros de Arabia y de los gobernadores de todo el país.

16 El rey Salomón hizo trescientos grandes escudos de oro finísimo, empleando seiscientas monedas de oro para cada uno de ellos,

17 y trescientos escudos pequeños, de oro finísimo también, y los colocó en el palacio "Bosque del Líbano".

18 Hizo también un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo.

19 El trono tenía seis gradas y detrás del trono había un respaldo curvado. Había dos brazos y dos leones de pie junto a los brazos,

20 más doce leones parados sobre las seis gradas, a uno y otro lado. No se hizo cosa parecida en ningún otro reino.

21 Todas las copas y vasos del rey Salomón eran de oro fino, como también toda la vajilla del palacio "Bosque del Líbano". Nada de plata, pues no se estimaba en nada en tiempo del rey Salomón,

22 porque el rey tenía una flota de barcos de Tarsis en el mar, con la flota de Hiram, y cada tres años venían de allá trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 El rey Salomón sobrepasó en riqueza y sabiduría a todos los reyes de la tierra.

24 Todo el mundo quería conversar con él para aprovechar la sabiduría que Dios le había dado.

25 Año tras año cada uno le traía regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos.

26 Salomón reunió carros y caballería, llegando a tener 1.400 carros y 12.000 caballos, y los distribuyó entre las ciudades de los carros y Jerusalén, cerca de él.

27 Salomón hizo que la plata fuera tan abundante en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la llanura.

28 Los caballos de Salomón venían de Cilicia.

29 Se traía de allá un carro por seiscientas monedas de plata y un caballo por ciento cincuenta. En iguales condiciones se los exportaba para todos los reyes de los heteos y para los reyes de Aram. Los mercaderes de Salomón eran los que hacían todos estos trámites.