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1 REYES 13 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 He aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá a Bet-el; y estando Jeroboam junto al altar para quemar incienso,

2 aquél clamó contra el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres.

3 Y aquel mismo día dio una señal, diciendo: Esta es la señal de que Jehová ha hablado: he aquí que el altar se quebrará, y la ceniza que sobre él está se derramará.

4 Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el, extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo enderezar.

5 Y el altar se rompió, y se derramó la ceniza del altar, conforme a la señal que el varón de Dios había dado por palabra de Jehová.

6 Entonces respondiendo el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y quedó como era antes.

7 Y el rey dijo al varón de Dios: Ven conmigo a casa, y comerás, y yo te daré un presente.

8 Pero el varón de Dios dijo al rey: Aunque me dieras la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan ni bebería agua en este lugar.

9 Porque así me está ordenado por palabra de Jehová, diciendo: No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el camino que fueres.

10 Regresó, pues, por otro camino, y no volvió por el camino por donde había venido a Bet-el.

11 Moraba entonces en Bet-el un viejo profeta, al cual vino su hijo y le contó todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Bet-el; le contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey.

12 Y su padre les dijo: ¿Por qué camino se fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el varón de Dios que había venido de Judá.

13 Y él dijo a sus hijos: Ensilladme el asno. Y ellos le ensillaron el asno, y él lo montó.

14 Y yendo tras el varón de Dios, le halló sentado debajo de una encina, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que vino de Judá? El dijo: Yo soy.

15 Entonces le dijo: Ven conmigo a casa, y come pan.

16 Mas él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar.

17 Porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el camino por donde fueres.

18 Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua.

19 Entonces volvió con él, y comió pan en su casa, y bebió agua.

20 Y aconteció que estando ellos en la mesa, vino palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver.

21 Y clamó al varón de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había prescrito,

22 sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.

23 Cuando había comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensilló el asno.

24 Y yéndose, le topó un león en el camino, y le mató; y su cuerpo estaba echado en el camino, y el asno junto a él, y el león también junto al cuerpo.

25 Y he aquí unos que pasaban, y vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y el león que estaba junto al cuerpo; y vinieron y lo dijeron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba.

26 Oyéndolo el profeta que le había hecho volver del camino, dijo: El varón de Dios es, que fue rebelde al mandato de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado al león, que le ha quebrantado y matado, conforme a la palabra de Jehová que él le dijo.

27 Y habló a sus hijos, y les dijo: Ensilladme un asno. Y ellos se lo ensillaron.

28 Y él fue, y halló el cuerpo tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al cuerpo; el león no había comido el cuerpo, ni dañado al asno.

29 Entonces tomó el profeta el cuerpo del varón de Dios, y lo puso sobre el asno y se lo llevó. Y el profeta viejo vino a la ciudad, para endecharle y enterrarle.

30 Y puso el cuerpo en su sepulcro; y le endecharon, diciendo: ¡Ay, hermano mío!

31 Y después que le hubieron enterrado, habló a sus hijos, diciendo: Cuando yo muera, enterradme en el sepulcro en que está sepultado el varón de Dios; poned mis huesos junto a los suyos.

32 Porque sin duda vendrá lo que él dijo a voces por palabra de Jehová contra el altar que está en Bet-el, y contra todas las cosas de los lugares altos que están en las ciudades de Samaria.

33 Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos.

34 Y esto fue causa de pecado a la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra.

  X


1 Por orden de Yavé un hombre de Dios salió del país de Judá y llegó a Betel en el momento en que el rey Jeroboam, de pie al lado del altar, se preparaba a quemar incienso.

2 El profeta gritó hacia el altar en nombre de Yavé: "Altar, altar, en la familia de David va a nacer un niño cuyo nombre será Josías. El matará sobre este altar a los sacerdotes que quemaron incienso en él. Y manchará el altar quemando sobre él huesos humanos."

3 Y el profeta dio este signo: "El altar va a romperse y se van a derramar las cenizas que hay sobre él."

4 Cuando el rey oyó las palabras del hombre de Dios y lo que decía contra el altar de Betel, extendió su mano que tenía puesta sobre el altar, diciendo: "Aprésenlo."

5 Pero la mano que extendió contra el profeta se secó y no pudo doblar el brazo. El altar se rompió y se derramó la ceniza, según la señal antes dicha.

6 El rey dijo al hombre de Dios: "Por favor, suplica a Yavé, tu Dios, y ruega por mí, para que pueda doblar mi brazo." El hombre suplicó a Yavé y el rey pudo doblar el brazo, quedando como antes.

7 Dijo entonces el rey al hombre de Dios: "Ven a descansar a mi casa, que quiero hacerte un regalo."

8 Pero éste le respondió: "Aunque me dieras la mitad de tus pertenencias, no entraré contigo; no comeré ni beberé en este lugar.

9 Pues Yavé me lo ordenó así: No comerás pan ni beberás agua, ni volverás por el camino que viniste."

10 Y no regresó por el camino que había llegado a Betel, sino por otro.

11 Vivía en Betel un anciano profeta. Vinieron sus hijos y le contaron cuanto había hecho aquel día el hombre de Dios y lo que había dicho al rey.

12 Su padre les preguntó: "¿Por qué camino se ha ido?" Sus hijos le indicaron el camino que tomó el hombre para volver a Judá,

13 y él les dijo: "Prepárenme mi burro."

14 Así que montó en el burro y partió tras el hombre de Dios, al que encontró sentado bajo un árbol. El anciano profeta le preguntó: "¿Eres tú el hombre de Dios que ha venido de Judá?

15 Ven a mi casa a comer algo."

16 Pero el hombre contestó: "No puedo volver contigo y entrar en tu casa,

17 ni puedo comer pan ni beber agua en este lugar, ni puedo volver por el mismo camino que he llegado, pues así me lo ordenó Yavé."

18 Pero el anciano replicó, mintiéndole: "También yo soy profeta como tú, y por orden de Yavé un ángel me ha dicho: Hazlo volver contigo para que coma y beba agua."

19 Se volvió, pues, el otro con él y comió pan y bebió agua en su casa.

20 Cuando estaban sentados a la mesa una palabra de Yavé llegó al profeta anciano,

21 el cual dijo con voz fuerte al hombre de Dios que había llegado de Judá: "Así dice Yavé: Tú me has desobedecido y no has acatado la orden que te di,

22 sino que has regresado y has comido y bebido en el lugar del que te había dicho: no comerás ni beberás allí. Por eso tu cadáver no será enterrado junto al de tus padres."

23 Cuando se levantaron de la mesa, el anciano le preparó un burro y partió el que había venido de Judá.

24 Mientras iba, un león lo sorprendió y lo mató y su cadáver quedó sobre el camino. El burro se quedó junto a él y el león también.

25 Unos hombres que pasaban vieron el cadáver tendido junto al camino y al león, que estaba junto a él. Llegando a la ciudad en que vivía el anciano profeta, contaron lo que habían visto.

26 Cuando éste lo supo, exclamó: "Es el hombre de Dios, que desobedeció la orden de Yavé. Por eso Yavé lo entregó al león que lo ha herido y muerto, conforme a lo que había anunciado."

27 Y mandó a sus hijos: "Prepárenme el burro". Y éstos se lo aparejaron.

28 Partió, pues, y encontró el cadáver tendido en el camino y al burro y al león que permanecían junto a él.

29 El león no había devorado el cadáver ni había destrozado al burro.

30 El profeta puso el cadáver sobre el burro y lo llevó a la ciudad, donde le hizo los funerales y lo sepultó. Dejó el cadáver en su propio sepulcro y lo lloraron según la costumbre: "Ay, hermano mío."

31 Después de esto, el anciano dijo a sus hijos: "Cuando yo muera, sepúltenme junto a él, y pongan mis huesos junto a los suyos.

32 Pues él ha hablado de parte de Yavé contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de las lomas que hay en la ciudad de Samaria. Y ciertamente se cumplirán sus palabras."

33 Lo que es Jeroboam, siguió su mal camino. Continuó tomando gente del pueblo para que fueran sacerdotes de los santuarios de las lomas; a cualquiera que se presentara lo consagraba sacerdote, aunque no fuera de la tribu de Leví.

34 Este fue el pecado de Jeroboam y de sus sucesores, la razón por la cual fueron exterminados, desapareciendo de la superficie de la tierra.