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La Palabra de Dios preservada y viva

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1 REYES 17 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:

3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

4 Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.

5 Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán.

6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.

7 Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra.

8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:

9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.

10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba.

11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.

12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.

13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.

14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.

15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.

16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.

17 Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento.

18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?

19 El le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama.

20 Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo?

21 Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.

22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.

23 Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.

24 Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.

  X


1 Elías, del pueblo de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: "Por la vida de Yavé, el Dios de Israel a cuyo servicio estoy, no habrá estos años lluvia ni rocío mientras yo no mande."

2 Luego habló Yavé a Elías diciendo:

3 "Levántate y dirígete al oriente; te esconderás cerca del torrente de Kerit, al este del Jordán.

4 Tomarás agua del torrente y, en cuanto al alimento, he ordenado a los cuervos que te lo den allí."

5 Obedeció, pues, las palabras de Yavé y se fue a vivir a orillas del torrente de Kerit, al oriente del Jordán;

6 y los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y tomaba agua del torrente.

7 Al cabo de cierto tiempo se secó el torrente, porque no había caído lluvia alguna sobre el país.

8 Entonces habló Yavé a Elías:

9 "Levántate, anda a Sarepta, pueblo que pertenece a los sidonios, y permanece allí, porque he ordenado a una viuda que te dé comida."

10 Se levantó, pues, y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que recogía leña. Elías la llamó y le dijo: "Tráeme, por favor, un poco de agua en tu cántaro para beber."

11 Cuando ella iba a traérselo, la llamó desde atrás: "Tráeme también un pedazo de pan."

12 Ella le respondió: "Por Yavé, tu Dios, no tengo ni una torta; no me queda nada de pan, sólo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en un cántaro. Estaba recogiendo un par de palos para el fuego y ahora vuelvo a casa a preparar esto para mí y mi hijo. Cuando lo hayamos comido, no nos quedará más que esperar la muerte."

13 Elías le dijo: "No temas, vete a tu casa a hacer lo que dijiste. Pero primero hazme un panecito a mí y tráemelo, y después te lo haces para ti y tu hijo.

14 Porque así dice Yavé, Dios de Israel: No se terminará la harina de la tinaja ni se agotará el aceite del cántaro hasta el día en que Yavé mande la lluvia a la tierra."

15 Ella se fue e hizo lo que Elías le había dicho, y tuvieron comida, ella, Elías y el hijo.

16 La harina de la tinaja no se agotó ni disminuyó el aceite del cántaro, según lo que había prometido Yavé por medio de Elías.

17 Después de estos hechos, el hijo de la dueña de la casa enfermó y su enfermedad fue tan grave que murió.

18 Entonces ella habló a Elías: "¡Qué mal me quieres, hombre de Dios! ¿Has venido para sacar a luz mis pecados y hacer morir a mi hijo?"

19 Elías respondió: "Dame tu hijo." Ella, que lo tenía en su seno, se lo pasó; y él se lo llevó a su pieza que quedaba en el piso superior, y lo acostó en su cama.

20 En seguida oró a Yavé: "Dios mío, ¿así que quieres castigar también a esta viuda que me cobijó en su casa? ¿Por qué has hecho morir a su hijo?"

21 Se tendió tres veces sobre el niño e imploró a Yavé: "Dios mío, por favor, que vuelva el alma de este niño."

22 Yavé escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió.

23 Elías tomó al niño, lo bajó de su habitación y lo entregó a su madre diciendo: "Mira, tu hijo vive."

24 La mujer dijo a Elías: "Ahora veo realmente que eres hombre de Dios y que tus palabras vienen de Yavé."