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1 SAMUEL 15 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.

2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto.

3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.

4 Saúl, pues, convocó al pueblo y les pasó revista en Telaim, doscientos mil de a pie, y diez mil hombres de Judá.

5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle.

6 Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos y salid de entre los de Amalec, para que no os destruya juntamente con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y se apartaron los ceneos de entre los hijos de Amalec.

7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto.

8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada.

9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.

10 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo:

11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.

12 Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal.

13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová.

14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?

15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos.

16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Di.

17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?

18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.

19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?

20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.

21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.

22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.

24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado,

25 y vuelve conmigo para que adore a Jehová.

26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.

27 Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y éste se rasgó.

28 Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú.

29 Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta.

30 Y él dijo: Yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.

31 Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl a Jehová.

32 Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él alegremente. Y dijo Agag: Ciertamente ya pasó la amargura de la muerte.

33 Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.

34 Se fue luego Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl.

35 Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl; y Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.

  X


1 Después de esto dijo Samuel a Saúl: "A mí me envió Yavé para consagrarte rey de su pueblo, Israel. Escucha, pues, lo que él te manda decir. Esta es la palabra de Yavé de los Ejércitos:

2 He decidido castigar a Amalec por lo que le hizo a Israel, puesto que no lo dejó seguir su camino cuando regresaba de Egipto.

3 Ahora, vete y castiga a Amalec; tú lo declararás anatema con todo lo que le pertenece. No le tendrás compasión, sino que matarás a todos, hombres y mujeres, jóvenes y niños, bueyes y ovejas, camellos y burros."

4 Saúl convocó al pueblo y le pasó revista en Telam: doscientos mil hombres de infantería de la tribu de Israel y diez mil de Judá.

5 Avanzó Saúl hasta la capital de Amalec y se escondió en el barranco.

6 Saúl dijo a los quenitas: "Apártense de los amalecitas, no sea que los haga desaparecer con ellos, ya que ustedes se portaron bien con los israelitas cuando subían de Egipto." Los quenitas, pues, se apartaron de los amalecitas.

7 Saúl persiguió a los amalecitas desde Havilá hasta la entrada de Sur, que está al este de Egipto.

8 Tomó vivo a Agag, rey de los amalecitas, pero pasó a cuchillo a todo el pueblo.

9 Saúl y su gente dejaron con vida a Agag y lo mejor de sus rebaños y ganados, vacunos y corderos gordos; en una palabra, no quisieron condenar a la destrucción nada de lo bueno que había. En cambio sacrificaron lo que no servía o carecía de valor. Entonces Yavé dirigió su palabra a Samuel y le dijo:

10 "Me arrepiento de haber hecho rey a Saúl, porque se ha apartado de mí y no ha cumplido mis órdenes."

11 Samuel se conmovió y, toda la noche, estuvo clamando a Yavé.

12 Se levantó de madrugada y fue en busca de Saúl. Le avisaron que Saúl había ido a Carmelo, donde se erigió un monumento; luego, siguiendo su camino, había bajado a Guilgal.

13 Samuel, pues, se vino donde Saúl. Al verlo, Saúl le dijo: "¡Que Yavé te bendiga! He cumplido las órdenes de Yavé."

14 Pero Samuel preguntó: "¿Y qué son esos balidos que llegan a mis oídos y esos mugidos que oigo?"

15 Saúl le contestó: "Los hemos traído del país de Amalec porque el pueblo ha salvado las mejores ovejas y vacas con el fin de ofrecerlas en sacrificio a Yavé. Pero el resto lo hemos destruido."

16 Entonces Samuel dijo a Saúl: "Déjame hablar y te contaré lo que me ha revelado Yavé esta noche." "Habla", respondió Saúl.

17 Dijo, pues, Samuel: "Aunque te creías pequeño, ¿no llegaste acaso a ser el jefe de las tribus de Israel y no te consagró Yavé como rey de Israel?

18 Pues bien, él te envió al combate con esta misión: "Anda a acabar con todos esos pecadores, los amalecitas; hazles la guerra hasta que no quede ninguno." ¿Por qué, entonces, desobedeciste a Yavé?

19 ¿Por qué te has abalanzado sobre el botín y has hecho lo que no le gusta a Yavé?"

20 Saúl respondió a Samuel: "Yo hice lo que me ordenó: traje prisionero a Agag, rey de Amalec, y condené a muerte a todos los amalecitas.

21 Bien es verdad que el pueblo ha tomado las ovejas y vacas, lo mejor, pero esto fue para sacrificarlo a Yavé en Guilgal."

22 Entonces Samuel dijo: "A Yavé no le agradan los holocaustos y los sacrificios, sino que se escuche su voz; la obediencia vale más que los sacrificios; la docilidad tiene más precio que la grasa de los corderos;

23 la rebeldía es tan grave como el pecado de los adivinos; tener el corazón porfiado es como guardar ídolos. Puesto que tú has descartado la orden de Yavé, él te ha descartado como rey."

24 Saúl dijo a Samuel: "He pecado, desobedeciendo la orden de Yavé y tus mandatos, porque tuve miedo al pueblo y lo escuché.

25 Ahora, pues, perdona mi pecado, por favor, y ven conmigo a adorar a Yavé."

26 Pero Samuel respondió: "No iré más contigo porque has rechazado la palabra de Yavé, y él te ha rechazado para que no seas más rey de Israel."

27 Y, como Samuel se daba vuelta para marcharse, Saúl lo tomó del extremo del manto, que se arrancó.

28 Entonces Samuel declaró: "Hoy Yavé te ha arrancado el reino de Israel y se lo ha dado a otro mejor que tú."

29 La Gloria de Israel no se echa atrás ni se arrepiente, a diferencia de los hombres.

30 A lo que Saúl dijo: "He pecado, pero, con todo, te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vengas conmigo para que adoremos a Yavé."

31 Volvió Samuel con Saúl y éste se postró ante Yavé.

32 Después dijo Samuel: "Tráiganme a Agag, rey de los amalecitas." Y vino Agag hacia él muy tranquilo, pues pensaba: "Ha pasado el peligro."

33 Pero Samuel le dijo: "Así como tu espada ha dejado sin hijos a tantas madres, así tu madre será madre sin hijos." Y Samuel degolló a Agag delante de Yavé en Guilgal.

34 Después se retiró Samuel para Ramá, y Saúl a su casa en Guibea de Saúl. Samuel no vio más a Saúl hasta el día de su muerte. Y lloraba por él, porque Yavé se había arrepentido de haberlo hecho rey de Israel.