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2 CRONICAS 20 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra.

2 Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi.

3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.

5 Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo;

6 Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿no está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?

7 Dios nuestro, ¿no echaste tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre?

8 Y ellos han habitado en ella, y te han edificado en ella santuario a tu nombre, diciendo:

9 Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti, (porque tu nombre está en esta casa,) y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.

10 Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos, y no los destruyese;

11 He aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tú nos diste en poseción.

12 ¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos que hacer, y a ti volvemos nuestros ojos.

13 Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres, y sus hijos.

14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión;

15 Y dijo: Oid, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.

16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.

17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso: paraos, estad quedos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que Jehová estará con vosotros.

18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová.

19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.

20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oidme, Judá y moradores de Jerusalén . Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre.

22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros:

23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.

24 Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud; y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado.

25 Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar: tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.

26 Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.

27 Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos.

28 Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas, y trompetas, a la casa de Jehová.

29 Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel.

30 Y el reino de Josafat tuvo paz; porque su Dios le dio paz de todas partes.

31 Así reinó Josafat sobre Judá; de treinta y cinco años era cuando comenzó a reinar, y reinó veintecinco años en Jerusalén . El nombre de su madre fue Azuba, hija de Silhi.

32 Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.

33 Con todo eso los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres.

34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los reyes de Israel.

35 Pasadas estas cosas, Josafat rey de Judá trabó amistad con Ocozías rey de Israel, el cual era dado a la impiedad:

36 e hizo con él compañía para construir naves que fuesen a Tarsis; y construyeron las naves en Ezión-geber.

37 Entonces Eliezer hijo de Dodava, de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, Jehová destruirá tus obras. Y las naves se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.

  X


1 Después de esto, los hombres de Moab y la gente de Amón, y con ellos algunos maonitas, vinieron a pelear contra Josafat.

2 Le avisaron a Josafat diciendo: "Viene contra ti una gran muchedumbre de gente del otro lado del mar de Edom, que están ya en Jesasón-Tamor, o sea, Engadí."

3 Josafat tuvo miedo y consultó a Yavé, ordenando un ayuno a todo Judá.

4 Los judíos se reunieron para suplicar a Yavé y, de todas las ciudades de Judá, llegaron para rogar a Yavé.

5 Entonces Josafat se puso de pie en medio de la asamblea de Judá en Jerusalén, en la Casa de Yavé, delante del patio nuevo.

6 Dijo: "Yavé, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en el cielo y no dominas tú en todos los reinos de las naciones? En tu mano está el poder y la fortaleza sin que nadie pueda resistirte.

7 ¿No has sido tú, oh Dios nuestro, el que expulsaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a los descendientes de tu amigo Abraham para siempre?

8 Ellos la han habitado y han edificado un santuario para tu nombre diciendo:

9 Si viene sobre nosotros algún mal, espada, castigo, peste o hambre, nos presentaremos delante de esa Casa y delante de ti, porque tu Nombre reside en esta Casa. Clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás.

10 Pero mira a los hijos de Amón, de Moab y del norte de Seír, adonde no dejaste entrar a Israel cuando salía de la tierra de Egipto, y por orden tuya Israel se apartó de ellos sin destruirlos.

11 Ahora nos pagan viniendo a echarnos de la heredad que tú nos has dado.

12 Oh Dios nuestro, ¿no harás justicia con ellos? Pues nosotros no tenemos fuerza para hacer frente a esta gran multitud que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer. Pero nuestros ojos se vuelven a ti."

13 Todo Judá estaba de pie ante Yavé con sus niños, mujeres e hijos.

14 Entonces en medio de la asamblea vino el Espíritu de Yavé sobre Jazaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf,

15 y dijo: "Atiende, pueblo de Judá entero y habitantes de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat. Esto les dice Yavé: No teman ni se asusten ante esta gran muchedumbre; porque esta guerra no es de ustedes sino de Yavé.

16 Bajen contra ellos mañana; ellos van a subir por la cuesta de Sis, de manera que los encontrarán al extremo del torrente, junto al desierto de Jeruel.

17 No tendrán que pelear en este lugar sino que se pararán y verán la salvación de Yavé sobre ustedes, oh Judá y Jerusalén. No teman ni se acobarden, salgan mañana al encuentro de ellos pues Yavé estará con ustedes."

18 Entonces Josafat se inclinó rostro en tierra; y todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron ante Yavé para adorarlo.

19 Los levitas de las familias quehatita y coreíta se levantaron y alabaron con gritos a Yavé, el Dios de Israel.

20 Al día siguiente se levantaron temprano y salieron al desierto de Tecoa. Mientras iban saliendo, Josafat, puesto en pie, dijo: "Escuchen, Judá y habitantes de Jerusalén, tengan confianza en Yavé su Dios y estarán seguros, tengan confianza en sus profetas y triunfarán."

21 Después, habiendo conversado con el pueblo, dispuso a los cantores de Yavé y a los salmistas que marcharían al frente de las tropas vestidos de ornamentos sagrados: "Alaben a Yavé porque es eterno su amor."

22 En el momento en que comenzaron las aclamaciones y las alabanzas, Yavé preparó una trampa en que cayeron los hijos de Amón, los de Moab y los del monte Seír que habían venido para atacar a Judá.

23 Pues los amonitas y los moabitas se echaron sobre los habitantes de los cerros de Seír para destruirlos y acabar con ellos; y cuando acabaron con ellos, se mataron unos a otros.

24 Cuando los de Judá llegaron a la cumbre desde donde se divisa el desierto, vieron todo el campo cubierto de cadáveres sin que uno solo hubiera quedado con vida.

25 Entonces Josafat con todo su ejército llegaron para recoger los despojos y hallaron gran cantidad de ganado, vestidos y objetos preciosos. Fue tanto el botín, que tres días no fueron suficientes para juntarlo todo, y no sabían cómo llevarlo.

26 Al cuarto día se reunieron en el valle de Beraká. Por eso se llama aquel lugar valle de Beraká, que significa bendición, hasta el día de hoy, pues allí los bendijo Yavé.

27 Después, todos los hombres de Judá y de Jerusalén, con Josafat al frente, regresaron con gran alegría a Jerusalén, porque Yavé los había colmado de gozo a expensas de sus enemigos.

28 Entraron en Jerusalén con salterios, cítaras y trompetas dirigiéndose a la Casa de Yavé.

29 El terror de Yavé cayó sobre todos los países vecinos cuando supieron que él había vencido a los enemigos de Israel.

30 Entre tanto el reinado de Josafat fue tranquilo, y su Dios le dio paz por todos lados.

31 Josafat reinó sobre Judá. Tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre Azubá era hija de Silji.

32 Siguió en todo el camino de su padre Asá, sin desviarse de él, haciendo lo que era correcto a los ojos de Yavé.

33 Con todo no desaparecieron los santuarios de las lomas, pues el pueblo aún no se había convertido al Dios de sus padres.

34 Lo demás referente a Josafat, del comienzo al fin, está escrito en la historia de Jehú, hijo de Jananí, que se halla insertada en el libro de los Reyes de Israel.

35 Después de esto, Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel, que hacía el mal.

36 Se asoció con él para construir barcos que hicieran viajes a Tarsis y fabricaron los barcos en Asiongaber.

37 Entonces Eliezer, hijo de Bodavías, de Maresá, profetizó contra Josafat, diciendo: "Porque te has aliado con Ocozías, Yavé ha destruido tus proyectos." En efecto, las naves fueron destrozadas y no llegaron a Tarsis.