Biblia Online

La Palabra de Dios preservada y viva

728

2 PEDRO 2 Paralela rv60
y bla95

< Anterior

Siguiente >

Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,

3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;

5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;

6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,

7 y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados

8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),

9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;

10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,

11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.

12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,

13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.

14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición.

15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,

16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.

17 Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más densa oscuridad está reservada para siempre.

18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.

19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.

20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.

22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

  X


1 Así como hubo falsos profetas en el pueblo de Israel, también entre ustedes habrá falsos maestros. Introducirán novedades dañinas, pero sin tardar se perderán por renegar del Maestro que los rescató.

2 Muchos imitarán sus vicios, y por su culpa será desprestigiado el camino de la verdad.

3 Los inspirará el amor al dinero, y se aprovecharán de ustedes con palabras engañosas. Pero ya fue dictada su condenación, y su destrucción es inminente.

4 En efecto, Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los precipitó en el infierno y los encerró en cavernas tenebrosas, manteniéndolos allí hasta el día del juicio.

5 Tampoco perdonó al mundo antiguo, cuando desencadenó las aguas del diluvio sobre el mundo de los malvados, y solamente protegió a Noé, el octavo portavoz del bien.

6 También condenó Dios a las ciudades de Sodoma y Gomorra reduciéndolas a cenizas, para que sirvieran de escarmiento a los malvados del futuro.

7 Pero en cambio salvó a Lot, hombre recto que se sentía profundamente afligido por la conducta desenfrenada de aquella gente viciosa.

8 Este hombre recto vivía en medio de ellos, y su conciencia recta sufría día tras día viendo y oyendo sus crímenes.

9 Pero el Señor sabe librar de la prueba a sus servidores y reserva a los malos para castigarlos en el día del juicio.

10 En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza y desprecia la majestad del Señor. Son orgullosos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los espíritus caídos,

11 mientras los ángeles, superiores a ellos en fuerza y en poder, no se permiten ninguna acusación injuriosa en presencia del Señor.

12 Esos hombres son como animales irracionales, que vienen a la vida para ser capturados y muertos. Después de haber injuriado lo que no pueden entender, terminarán como animales

13 y recibirán lo merecido por su maldad. Se sienten felices por gozar placeres pasajeros. Gente sucia y viciosa, que se aprovechan de ustedes y se portan como glotones en sus comidas fraternas.

14 No pueden ver a una mujer sin desearla, no se cansan de pecar y de seducir a las almas poco firmes. Son gente maldita, que tienen el corazón ejercitado en la codicia.

15 Abandonaron el camino recto y tomaron el camino de Balaán, hijo de Bosor, al que le gustaba ganar dinero haciendo el mal.

16 Pero ustedes saben quién lo reprendió por su torpeza: su burra empezó a hablar con voz humana y detuvo al profeta en su locura.

17 Son fuentes sin agua, nubes arrastradas por el huracán, que se convierten en densas tinieblas.

18 Con sus discursos altisonantes y vacíos alientan las pasiones y los deseos impuros en aquellos que acababan de liberarse, y los hacen recaer en el error.

19 Prometen libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues cada uno es esclavo de aquello que lo domina.

20 Y si éstos, que se habían liberado de los vicios del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, vuelven a esos vicios y se dejan dominar por ellos, su situación actual resulta peor que la primera.

21 Más les valdría no haber conocido los caminos de la santidad, que después de haberlos conocido, apartarse de la santa doctrina que les fue enseñada.

22 Se les aplica con razón lo que dice el proverbio: "El perro vuelve a su propio vómito", y "el cerdo lavado se revuelca en el barro."