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La Palabra de Dios preservada y viva

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AMOS 5 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre vosotros, casa de Israel.

2 Cayó la virgen de Israel, y no podrá levantarse ya más; fue dejada sobre su tierra, no hay quien la levante.

3 Porque así ha dicho Jehová el Señor: La ciudad que salga con mil, volverá con ciento, y la que salga con ciento volverá con diez, en la casa de Israel.

4 Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;

5 y no busquéis a Bet-el, ni entréis en Gilgal, ni paséis a Beerseba; porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Bet-el será deshecha.

6 Buscad a Jehová, y vivid; no sea que acometa como fuego a la casa de José y la consuma, sin haber en Bet=el quien lo apague.

7 Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra,

8 buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre;

9 que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y hace que el despojador venga sobre la fortaleza.

10 Ellos aborrecieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba lo recto abominaron.

11 Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.

12 Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres.

13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.

14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con vosotros, como decís.

15 Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José.

16 Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que sepan endechar.

17 Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en medio de ti, dice Jehová.

18 ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz;

19 como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra.

20 ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?

21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas.

22 Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados.

23 Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.

24 Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.

25 ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto en cuarenta años, oh casa de Israel?

26 Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.

27 Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.

  X


1 Escuchen estas palabras que yo pronuncio contra ustedes, una lamentación por ti, Israel:

2 Ha caído la virgen de Israel, y no volverá ya a levantarse, postrada está en el suelo, y no hay quien la levante.

3 Porque así dice Yavé a la gente de Israel: La ciudad de la cual salían mil hombres quedará sólo con cien, y de la que salían cien quedará sólo con diez.

4 Así dice Yavé a la Casa de Israel: Búsquenme a mí y vivirán,

5 pero no me busquen en Betel ni vayan a Guilgal, ni pasen a Bersebá; porque Guilgal será enviada al destierro, Betel será reducida a la nada.

6 Busquen a Yavé y vivirán, no sea que él mande fuego sobre la casa de José y la consuma, sin que haya nadie para apagarlo. El formó la Pléyade y Orión, él cambia las tinieblas en aurora y el día claro en noche oscura.

7 ¡Ay de ustedes, que transforman las leyes en algo tan amargo como el ajenjo y tiran por el suelo la justicia!

8 El llama a las aguas del mar y las derrama por la superficie de la tierra; pues su nombre es Yavé.

9 El trae la ruina sobre los potentes, y entrega al saqueo el recinto fortificado.

10 Ustedes odian al que defiende lo justo en el tribunal y aborrecen a todo el que dice la verdad.

11 Pues bien, ya que ustedes han pisoteado al pobre, exigiéndole una parte de su cosecha, esas casas de piedras canteadas que edifican no las van a ocupar, y de esas cepas escogidas que ahora plantan no probarán el vino.

12 Pues yo sé que son muchos sus crímenes y enormes sus pecados, opresores de la gente buena, que exigen dinero anticipado y hacen perder su juicio al pobre en los tribunales.

13 Por esto el hombre prudente tiene que callarse, pues estamos pasando días infelices.

14 Busquen el bien y no el mal si quieren vivir, para que así Yavé esté con ustedes, como de continuo repiten.

15 Aborrezcan el mal y amen el bien, impongan la justicia en sus tribunales, y quizá Yavé Sabaot se apiade del resto de José.

16 Por eso, así habla Yavé, el Dios de los Ejércitos, el Señor: Habrá lamentaciones en las plazas y en todas las calles se escucharán los "¡Ayes!". Invitarán a los campesinos para celebrar el duelo y contratarán lloronas como para un velorio.

17 Pues habrá llantos en todas las viñas cuando yo pase en medio de ti, dice Yavé.

18 ¡Qué decepción para aquellos que suspiran por el día en que vendrá Yavé! ¿Cómo será ese día para ustedes? Será un día de tinieblas, no de luz.

19 Será como un hombre que huye del león y se topa con un oso, o como el que al entrar en casa apoya su mano en la pared y lo muerde una culebra.

20 El día de Yavé será tinieblas y no luz, será un día sombrío, sin el menor destello.

21 Yo odio y aborrezco sus fiestas y no me agradan sus celebraciones.

22 Por más que me ofrezcan víctimas consumidas por el fuego, no me gustan sus ofrendas ni me llaman la atención sus sacrificios.

23 Váyanse lejos con el barullo de sus cantos, que ya no quiero escuchar la música de sus arpas.

24 Quiero que la justicia sea tan corriente como el agua, y que la honradez crezca como un torrente inagotable.

25 ¿Acaso me ofrecieron ustedes sacrificios y ofrendas en el desierto durante esos cuarenta años?

26 Quédense, pues, con los ídolos que se han fabricado, con Sicut, su rey, y la estrella de Queván, su dios,

27 y yo los desterraré a ustedes a un lugar más allá de Damasco, dice Yavé cuyo nombre es: Dios de los Ejércitos.