“ así hacían con todos los israelitas que venían a Silo. Incluso antes de que se hubiera quemado la grasa, el sirviente del sacerdote venía y decía al que sacrificaba: "Dame la carne para asársela a su gusto al sacerdote, ya que no aceptará carne cocida, sino solamente carne cruda."
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)