“ Sucedió que uno de los soldados arameos disparó su arco sin saber a quién apuntaba, hiriendo al rey de Israel, por entre las hombreras y la coraza. El rey dijo al que guiaba su carro: "Date vuelta y sácame de la batalla, porque me siento malherido."
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)