“ David, al darse cuenta de la mortandad, suplicó a Yavé: "Señor, yo soy el que ha pecado. ¡Yo obré mal, Señor!, pero éstas, las ovejas, ¿qué han hecho? Caiga, Señor, tu mano sobre mí y mi familia; sobre nadie más."
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)