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La Palabra de Dios preservada y viva

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1 Esto fue lo que me mostró el Señor Yavé: Cuando estaba brotando de nuevo el pasto, después del corte para el rey, él estaba fabricando langostas.

2 Al ver cómo pelaban los campos, intervine y dije: "Por favor, Señor Yavé, perdona. Pues, ¿qué será de Jacob, que es tan pequeño?"

3 Yavé se arrepintió y me dijo: "Esto no va a pasar."

4 En seguida, el Señor me mostró otra cosa: El Señor llamaba al fuego para que secara los manantiales y marchitara los campos.

5 Entonces exclamé: "Por favor, detente, Señor Yavé. Pues, ¿cómo se salvará Jacob, que es tan pequeño?"

6 Yavé se arrepintió, manifestando que no pasaría nada.

7 Por tercera vez, el Señor me mostró otro espectáculo: Un hombre estaba de pie al lado de un muro con un nivel de plomo en la mano.

8 Y como Yavé me preguntara qué veía yo, le respondí que un nivel de plomo. Entonces el Señor prosiguió: "Voy a ver si está desplomado o no Israel, pues ya no lo apuntalaré más;

9 los altos lugares sagrados de Isaac serán demolidos; los santuarios de Israel, destruidos, y yo me lanzaré, espada en mano, contra la familia de Jeroboam."

10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, le mandó este recado a Jeroboam, rey de Israel: "Amós está conspirando contra ti en pleno centro de Israel. No hay que permitirle que siga hablando,

11 pues dice que a ti te matarán a espada y que Israel será llevado al destierro, lejos de su patria."

12 Luego Amasías fue a decirle a Amós: "Sal de aquí, visionario; vete a Judá, gánate allá la vida dándotelas de profeta,

13 pero no profetices más aquí en Betel, que es un santuario real, un templo nacional."

14 Amós le replicó: "Yo no soy profeta ni uno de los hermanos profetas; soy cuidador de rebaños y trato los sicómoros.

15 Yavé es quien me sacó de detrás de las ovejas y me dijo: "Ve y habla de parte mía a Israel, mi pueblo".

16 Pues bien, escucha, tú que dices: ¡Basta de profecías contra Israel; deja de insultar a la raza de Isaac!

17 Escucha esta palabra de Yavé: "Un día, tu esposa se prostituirá en plena calle, tus hijos e hijas morirán en la guerra. Los vencedores se repartirán tus bienes, tú mismo morirás en tierra extranjera e Israel será llevado lejos de su país."



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