“ Entonces se presentaron al rey y le dijeron sobre la prohibición real: "¿No firmaste tú una prohibición según la cual todo el que dirigiera, en el término de treinta días, una oración a cualquiera que fuera, dios u hombre, fuera de ti, oh rey, sería echado al foso de los leones?" Respondió el rey: "La cosa está decidida, según la ley de los medos y los persas, que es irrevocable."
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)