“ Me hubiera dado vergüenza pedir al rey tropas y gentes de a caballo para protegernos del enemigo en el camino; por el contrario, habíamos dicho al rey: "La mano de nuestro Dios está, para bien, con todos los que lo buscan; y su poder y su enojo sobre todos los que lo abandonan."
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)