“ El mayordomo les dijo: "Quédense tranquilos y no tengan miedo. El Dios de ustedes y el Dios de su padre les ha puesto ese tesoro en sus bolsas, pues yo recibí toda su plata." Y en seguida les devolvió a Simeón.
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)