“ Fueron a la prisión acompañados por un grupo de amigos de Pablo y les pidieron que se marcharan, diciéndoles: "¡Cómo íbamos a pensar que ustedes fueran muy buena gente!" Y cuando Pablo y Silas estaban para irse, les rogaron: "Ahora que se van libres, por favor, no nos hagan problemas por haberles hablado duramente".
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)