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Referencias Cruzadas de PROVERBIOS 22:14

“ La boca de la adúltera es una fosa profunda; hay que estar abandonado por Yavé para caer en ella. ”


Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)
 
 

Versiculos relacionados con PROVERBIOS 22:14 (Referecencias Cruzadas)


Eclesiastés 7:26 - Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso. (Versículos como Eclesiastés 7:26)

Proverbios 23:27 - Porque abismo profundo es la ramera, Y pozo angosto la extraña. (Versículos como Proverbios 23:27)

Proverbios 6:24-29 - Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la mujer extraña. No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón. ¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare. (Versículos como Proverbios 6:24)

Nehemías 13:26 - ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. (Versículos como Nehemías 13:26)

Proverbios 2:16-19 - Serás librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los muertos; Todos los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez los senderos de la vida. (Versículos como Proverbios 2:16)

Proverbios 7:5-27 - Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras. Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. Camino al Seol es su casa, Que conduce a las cámaras de la muerte. (Versículos como Proverbios 7:5)

Salmos 81:12 - Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. (Versículos como Salmos 81:12)

Proverbios 5:3-23 - Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol. Sus caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida. Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, Y no te acerques a la puerta de su casa; Para que no des a los extraños tu honor, Y tus años al cruel; No sea que extraños se sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño; Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, Y digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído! Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación. Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de la extraña? Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera todas sus veredas. Prenderán al impío sus propias iniquidades, Y retenido será con las cuerdas de su pecado. El morirá por falta de corrección, Y errará por lo inmenso de su locura. (Versículos como Proverbios 5:3)

Deuteronomio 32:19 - Y lo vio Jehová, y se encendió en ira Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas. (Versículos como Deuteronomio 32:19)

Jueces 16:20-21 - Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel. (Versículos como Jueces 16:20)