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Referencias Cruzadas de SALMOS 69:33

“ Vean esto, los humildes, y regocíjense. ¡Reanímense, los que buscan al Señor! ”


Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)
 
 

Versiculos relacionados con SALMOS 69:33 (Referencias Cruzadas)


Hechos 5:18-19 - y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: (Versículos como Hechos 5:18)

Efesios 3:1 - Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; (Versículos como Efesios 3:1)

Salmos 72:12-14 - Porque él librará al menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, Y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas, Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. (Versículos como Salmos 72:12)

Salmos 34:6 - Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias. (Versículos como Salmos 34:6)

Salmos 10:17 - El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído, (Versículos como Salmos 10:17)

Salmos 102:17 - Habrá considerado la oración de los desvalidos, Y no habrá desechado el ruego de ellos. (Versículos como Salmos 102:17)

Isaías 66:2 - Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. (Versículos como Isaías 66:2)

Hechos 12:4-11 - Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. (Versículos como Hechos 12:4)