1 Júzgame, Señor, y ve que seguí la senda de los perfectos. En el Señor me apoyaba y por eso no me desviaba.
2 Revísame, Señor, y ponme a prueba, pon en el crisol mi conciencia, mi corazón.
3 Tu amor lo tengo ante mis ojos y tomo en cuenta tu fidelidad.
4 Con hombres tramposos no me siento ni me meto en la casa del hipócrita.
5 Aborrezco el partido de los malos y con los malvados no me siento.
6 Lavo mis manos, que están limpias, y en torno a tu altar voy caminando,
7 mientras entono mi acción de gracias y recuerdo tus obras admirables.
8 Señor, cuánto amo la casa en que moras, y el lugar donde reside tu gloria.
9 No me confundas con las almas pecadoras, que no tenga mi vida el fin de los violentos,
10 cuyas manos están manchadas y cuyos bolsillos se llenan con sobornos.
11 Y a mí, como busco ser perfecto, rescátame, Señor, ten piedad de mí.
12 Mis pies pisan en terreno llano, bendeciré al Señor en las asambleas.