SALMOS 32:5
“ Te confesé mi pecado, no te escondí mi culpa. Yo dije:" Ante el Señor confesaré mi falta". Y tú, tu perdonaste mi pecado, condonaste mi deuda.
.”
Biblia LatinoAmericana 1995 (bla95)
SALMOS 32:5 Contexto
Dichoso el hombre aquel a quien Dios no le nota culpa alguna y en cuyo espíritu no se halla engaño.
Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día.
Tu mano día y noche pesaba sobre mí, mi corazón se transformó en rastrojo en pleno calor del verano.
Te confesé mi pecado, no te escondí mi culpa. Yo dije:" Ante el Señor confesaré mi falta". Y tú, tu perdonaste mi pecado, condonaste mi deuda.
Por eso el varón santo te suplica en la hora de la angustia. Aunque las grandes aguas se desbordasen, no lo podrán alcanzar.
Tú eres un refugio para mí, me guardas en la prueba, y me envuelves con tu salvación.
"Yo te voy a instruir, te enseñaré el camino, te cuidaré, seré tu consejero.
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Referencia Cruzada de SALMOS 32:5