SALMOS 38:11 Contexto

Mi espalda arde de fiebre y en mi carne no queda nada sano. Estoy paralizado y hecho pedazos, quisiera que mis quejas fueran rugidos. Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos. Mi corazón palpita, las fuerzas se me van, y hasta me falta la luz de mis ojos. Compañeros y amigos se apartan de mis llagas, mis familiares se quedan a distancia. Los que esperan mi muerte hacen planes, me amenazan los que me desean lo peor, y rumian sus traiciones todo el día. Pero yo, como si fuera sordo, no oigo; soy como un mudo que no abre la boca,

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Referencia Cruzada de SALMOS 38:11