1
2 ¡Oh Dios, no descanses, no te calles, oh Dios, no te quedes impasible!
3 cuando tus enemigos hacen estruendo y los que te odian levantan la cabeza.
4 Traman un complot contra tu pueblo, conspiran contra tus protegidos.
5 "Vengan, dicen, no sean más nación, y que nadie recuerde el nombre de Israel".
6 Se pusieron todos de acuerdo, sellaron una alianza contra ti:
7 los clanes de Edom y de Ismael, los de Moab y los hijos de Agar,
8 los de Guebal, Amón y de Amalec, los filisteos y la gente de Tiro;
9 hasta los de Asur se unieron a ellos y prestaron su fuerza a los hijos de Lot.
10 Haz que corran la suerte de Madián, de Sísera y Jabín en el valle de Cisón,
11 que fueron exterminados junto a Endor, y de abono sirvieron a la tierra.
12 Trata a sus príncipes como a Oreb y a Zeb, y como a Zebáh y Salmaná a sus capitanes,
13 que habían dicho: "Nosotros conquistaremos los dominios de Dios".
14 Dios mío, trátalos como un torbellino, como paja llevada por el viento;
15 como incendio que arrasa con el bosque, como fuego que corre por los montes,
16 así persíguelos con tu tormenta y llénalos de terror con tu huracán.
17 Cúbreles la cara de vergüenza. tal vez así, Señor, busquen tu nombre.
18 Que se confundan y espanten para siempre, que sean humillados y perezcan.
19 Sepan que sólo tú te llamas Señor, y eres Altísimo en toda la tierra.