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JOB 16 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Respondió Job, y dijo:

2 Muchas veces he oído cosas como estas; Consoladores molestos sois todos vosotros.

3 ¿Tendrán fin las palabras vacías? ¿O qué te anima a responder?

4 También yo podría hablar como vosotros, Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía; Yo podría hilvanar contra vosotros palabras, Y sobre vosotros mover mi cabeza.

5 Pero yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor.

6 Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar, no se aparta de mí.

7 Pero ahora tú me has fatigado; Has asolado toda mi compañía.

8 Tú me has llenado de arrugas; testigo es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi rostro.

9 Su furor me despedazó, y me ha sido contrario; Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

10 Abrieron contra mí su boca; Hirieron mis mejillas con afrenta; Contra mí se juntaron todos.

11 Me ha entregado Dios al mentiroso, Y en las manos de los impíos me hizo caer.

12 Próspero estaba, y me desmenuzó; Me arrebató por la cerviz y me despedazó, Y me puso por blanco suyo.

13 Me rodearon sus flecheros, Partió mis riñones, y no perdonó; Mi hiel derramó por tierra.

14 Me quebrantó de quebranto en quebranto; Corrió contra mí como un gigante.

15 Cosí cilicio sobre mi piel, Y puse mi cabeza en el polvo.

16 Mi rostro está inflamado con el lloro, Y mis párpados entenebrecidos,

17 A pesar de no haber iniquidad en mis manos, Y de haber sido mi oración pura.

18 ¡Oh tierra! no cubras mi sangre, Y no haya lugar para mi clamor.

19 Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.

20 Disputadores son mis amigos; Mas ante Dios derramaré mis lágrimas.

21 ¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, Como con su prójimo!

22 Mas los años contados vendrán, Y yo iré por el camino de donde no volveré.

  X


1 Job respondió diciendo:

2 "¡He oído muchas cosas como éstas!, ¡pesados consoladores son todos ustedes!

3 ¿No se acabarán tus palabras vanas? ¿Que necesidad tienes de discutir?

4 Yo también podría hablar como ustedes si estuvieran en mi lugar y yo en el suyo. Podría llenarlos de discursos y movería la cabeza por ustedes,

5 los reanimaría con discursos bonitos hablando con toda libertad.

6 Pero cuando hablo, no se suaviza mi dolor, y si callo, tampoco se aparta de mí.

7 Pues ahora, el envidioso ha agotado mis fuerzas y su bando se apodera de mí.

8 Se levanta contra mí como acusador, mi calumniador me acusa a la cara.

9 Su furor encontró a quien desgarrar y me persigue, rechinando contra mí sus dientes. Los ojos de mis enemigos me rodean como espadas

10 y abren contra mí su boca. Han golpeado mis mejillas, se burlan de mí, todos juntos me acosan.

11 Dios me ha entregado a los injustos y me ha arrojado en manos de los malvados.

12 Yo vivía tranquilo cuando comenzó a sacudirme, me tomó del cuello y me hizo pedazos.

13 Me convirtió en su blanco, por doquier me apuntan sus flechas; traspasa mis entrañas sin piedad y derrama por el suelo mi hiel.

14 Me llena de heridas y se lanza contra mí como un guerrero.

15 Me he puesto un saco como traje, y he hundido mi frente en el polvo.

16 Mi cara está colorada por el llanto y mis párpados, ojerosos.

17 Y eso que en mis manos no hay violencia y mi oración ha sido pura.

18 ¡Tierra, no tapes mi sangre y que mi grito llegue a todas partes!

19 Pero tengo en los cielos un testigo, allá arriba tengo un defensor.

20 Mi clamor ante Dios habla por mí, mientras mis lágrimas corren ante él.

21 ¡Ojalá pudiera el hombre discutir con Dios lo mismo que lo hace con su prójimo!

22 Son pocos los años que me quedan, y pronto me iré por el camino sin regreso.