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JOB 41 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 ¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, O con cuerda que le eches en su lengua?

2 ¿Pondrás tú soga en sus narices, Y horadarás con garfio su quijada?

3 ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Te hablará él lisonjas?

4 ¿Hará pacto contigo Para que lo tomes por siervo perpetuo?

5 ¿Jugarás con él como con pájaro, O lo atarás para tus niñas?

6 ¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Lo repartirán entre los mercaderes?

7 ¿Cortarás tú con cuchillo su piel, O con arpón de pescadores su cabeza?

8 Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más volverás.

9 He aquí que la esperanza acerca de él será burlada, Porque aun a su sola vista se desmayarán.

10 Nadie hay tan osado que lo despierte; ¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?

11 ¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.

12 No guardaré silencio sobre sus miembros, Ni sobre sus fuerzas y la gracia de su disposición.

13 ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se acercará a él con su freno doble?

14 ¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Las hileras de sus dientes espantan.

15 La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente.

16 El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos.

17 Pegado está el uno con el otro; Están trabados entre sí, que no se pueden apartar.

18 Con sus estornudos enciende lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.

19 De su boca salen hachones de fuego; Centellas de fuego proceden.

20 De sus narices sale humo, Como de una olla o caldero que hierve.

21 Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.

22 En su cerviz está la fuerza, Y delante de él se esparce el desaliento.

23 Las partes más flojas de su carne están endurecidas; Están en él firmes, y no se mueven.

24 Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.

25 De su grandeza tienen temor los fuertes, Y a causa de su desfallecimiento hacen por purificarse.

26 Cuando alguno lo alcanzare, Ni espada, ni lanza, ni dardo, ni coselete durará.

27 Estima como paja el hierro, Y el bronce como leño podrido.

28 Saeta no le hace huir; Las piedras de honda le son como paja.

29 Tiene toda arma por hojarasca, Y del blandir de la jabalina se burla.

30 Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudez en el suelo.

31 Hace hervir como una olla el mar profundo, Y lo vuelve como una olla de ungüento.

32 En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que el abismo es cano.

33 No hay sobre la tierra quien se le parezca; Animal hecho exento de temor.

34 Menosprecia toda cosa alta; Es rey sobre todos los soberbios.

  X


1 Ya pierden su confianza y son derribados por su sola vista.

2 Se vuelve tan feroz apenas lo despiertan, que no pueden hacerle frente.

3 ¿Quién lo ha desafiado y quedó con vida? ¡Nadie, bajo ningún cielo!

4 Te hablaré también de sus miembros, te explicaré su fuerza incomparable.

5 ¿Quién ha levantado la orla de su vestido, y pasó la mano bajo su coraza?

6 ¿Quién ha abierto las mandíbulas de sus fauces? ¡qué terror con sólo ver sus dientes!

7 Su lomo son escudos en hileras, unidos como piedras selladas.

8 Están tan juntos, que no dejan pasar ni un soplo.

9 Se unen unos a otros formando una capa sin junturas.

10 Si estornuda saltan chispas, de sus pupilas sale un rayo de luz.

11 De su hocico salen llamaradas, se escapan chispas de fuego.

12 Sus narices echan humo, como caldera hirviente al fuego.

13 Su aliento encendería carbones, salen llamas de su boca.

14 Su cogote está lleno de fuerza y ante él brota el miedo.

15 Su caparazón es un solo conjunto, resistente por doquier e inconmovible.

16 Cuando se endereza, se asustan las aguas, y las olas del mar se alejan.

17 Su corazón es duro como roca, resistente como piedra de molino.

18 La espada que lo alcanza no lo clava, le rebotan la lanza y la jabalina.

19 Para él, el hierro es paja, y el bronce, madera podrida.

20 Las flechas del arco no lo hacen huir, recibe como paja las piedras de la honda.

21 La maza le parece caña, se ríe del dardo que vibra.

22 Por debajo tiene como tejas puntiagudas, y como un rastrillo pasa por el barro.

23 Entran luego las aguas en ebullición, el agua borbotea como carbones de incienso.

24 Deja tras sí un brillante surco, un mar de blanca espuma.

25 En tierra no tiene semejante, fue hecho atrevido,

26 mira de frente a los más insolentes, es rey de todas las fieras."