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MATEO 17 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;

2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.

5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.

6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor.

7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.

8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.

9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.

10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?

11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.

12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.

13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:

15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.

16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.

17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.

19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?

20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres,

23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.

24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?

25 El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños?

26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos.

27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.

  X


1 Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto.

2 A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz.

3 En seguida vieron a Moisés y Elías hablando con Jesús.

4 Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, levantaré aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías."

5 Estaba Pedro todavía hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz que salía de la nube dijo: "¡Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido, escúchenlo!"

6 Al oír la voz, los discípulos se echaron al suelo, llenos de miedo.

7 Pero Jesús se acercó, los tocó y les dijo: "Levántense, no tengan miedo."

8 Ellos levantaron los ojos, pero ya no vieron a nadie más que a Jesús.

9 Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No hablen a nadie de esta visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos."

10 Los discípulos le preguntaron: "¿Por qué dicen los maestros de la Ley que Elías ha de venir primero?"

11 Contestó Jesús: "Bien es cierto que Elías ha de venir para reordenar todas las cosas.

12 Pero créanme: ya vino Elías y no lo reconocieron, sino que lo trataron como se les antojó. Y así también harán sufrir al Hijo del Hombre."

13 Entonces los discípulos comprendieron que Jesús se refería a Juan el Bautista.

14 Cuando volvieron donde estaba la gente, se acercó un hombre a Jesús y se arrodilló ante él. Le dijo:

15 "Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y su estado es lastimoso. A menudo se nos cae al fuego, y otras veces al agua.

16 Lo he llevado a tus discípulos, pero no han podido curarlo."

17 Jesús respondió: "¡Qué generación tan incrédula y malvada! ¿Hasta cuándo estaré entre ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá."

18 En seguida Jesús dio una orden al demonio, que salió, y desde ese momento el niño quedó sano.

19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demonio?"

20 Jesús les dijo: "Porque ustedes tienen poca fe. En verdad les digo: si tuvieran fe, del tamaño de un granito de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de ahí y ponte más allá, y el cerro obedecería. Nada sería imposible para ustedes.

21 (Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno)."

22 Un día, estando Jesús en Galilea con los apóstoles, les dijo: "El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres,

23 y le matarán. Pero resucitará al tercer día." Ellos se pusieron muy tristes.

24 Al volver a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobran el impuesto para el Templo. Le preguntaron: "El maestro de ustedes, ¿no paga el impuesto?"

25 Pedro respondió: "Claro que sí". Y se fue a casa. Cuando entraba, se anticipó Jesús y le dijo: "Dame tu parecer, Simón. ¿Quiénes son los que pagan impuestos o tributos a los reyes de la tierra: sus hijos o los que no son de la familia?"

26 Pedro contestó: "Los que no son de la familia." Y Jesús le dijo: "Entonces los hijos no pagan.

27 Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, vete a la playa y echa el anzuelo. Al primer pez que pesques ábrele la boca, y hallarás en ella una moneda de plata. Tómala y paga por mí y por ti."