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MATEO 3 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,

2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

3 Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: par Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.

4 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.

5 Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán,

6 y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?

8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.

14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.

16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

  X


1 Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea;

2 éste era su mensaje: "Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca."

3 Es a Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos.

4 Además de la piel que llevaba colgada de la cintura, Juan no tenía más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre.

5 Venían a verlo de Jerusalén, de toda la Judea y de la región del Jordán.

6 Y junto con confesar sus pecados, se hacían bautizar por Juan en el río Jordán.

7 Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba, y les dijo: "Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les viene encima?

8 Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: "Abrahán es nuestro padre".

9 Yo les aseguro que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán aún de estas piedras.

10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y arrojado al fuego.

11 Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo, - yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias - él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego.

12 Ya tiene la pala en sus manos para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en sus bodegas, mientras que la paja la quemará en el fuego que no se apaga."

13 Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara.

14 Juan quiso disuadirlo y le dijo: "¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti."

15 Jesús le respondió: "Deja que hagamos así por ahora. De este modo respetaremos el debido orden." Entonces Juan aceptó.

16 Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él.

17 Al mismo tiempo se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido."