Biblia Online

La Palabra de Dios preservada y viva

728

MIQUEAS 3 Paralela rv60
y bla95

< Anterior

Siguiente >

Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No concierne a vosotros saber lo que es justo?

2 Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos;

3 que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla.

4 Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.

5 Así ha dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él:

6 Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos.

7 Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios.

8 Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado.

9 Oíd ahora esto, jefes de la casa de Jacob, y capitanes de la casa de Israel, que abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho;

10 que edificáis a Sion con sangre, y a Jerusalén con injusticia.

11 Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

12 Por tanto, a causa de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque.

  X


1 Yo les diré: Escuchen, jefes de Jacob, señores de las tribus de Israel. ¿No deberían conocer lo que es justo? ¿Por qué, pues, odian el bien y aman el mal?

2 Ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos.

3 Ustedes pueden comerse la carne de mi pueblo, partir sus huesos y echarlos a la olla,

4 pero cuando me llamen no les haré caso, sino que les ocultaré mi cara por sus malas acciones.

5 Esto dice Yavé en contra de los profetas que engañan a mi pueblo: Si pueden masticar a dos canillas, anuncian la paz; pero si alguien no les llena la boca, le declaran la guerra.

6 Por eso les dice: "Noche para ustedes, y no más visiones; tinieblas en vez de revelaciones; el sol se pone para los profetas y su día se cambia en tinieblas."

7 Los videntes se llenarán de vergüenza, y los adivinos, de confusión; unos y otros se taparán la cara porque Dios no les responde.

8 Yo, al contrario, estoy lleno del espíritu de Yavé. El me da celo por la justicia, me llena de fuerza y de ánimo para denunciar a Jacob su pecado, para descubrir las faltas de Israel.

9 Escuchen esto, gobernantes del pueblo de Jacob, ustedes que son los señores de Israel, ustedes que desprecian la justicia y que tuercen mañosamente la ley:

10 Sión se está edificando sobre sangre, y Jerusalén, en base a crímenes.

11 Sus gobernantes se dejan comprar para dar una sentencia; sus sacerdotes cobran por una decisión; sus profetas sólo vaticinan si se les paga. Y todos se sienten tan seguros de Yavé que dicen: Si el Señor está con nosotros, ¿qué desgracia nos puede pasar?

12 Pero precisamente por sus maldades Sión va a quedar como un potrero arado, Jerusalén será reducida a escombros y el cerro del Templo será cubierto por el bosque.