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PROVERBIOS 31 Paralela rv60
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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.

2 ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos?

3 No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.

4 No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;

5 No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos.

6 Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo.

7 Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más.

8 Abre tu boca por el mudo En el juicio de todos los desvalidos.

9 Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso. Elogio de la mujer virtuosa

10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.

11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.

12 Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.

13 Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.

14 Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos.

15 Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.

16 Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos.

17 Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.

18 Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche.

19 Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca.

20 Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.

21 No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.

22 Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.

23 Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.

24 Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader.

25 Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.

26 Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua.

27 Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde.

28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:

29 Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas.

30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.

31 Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.

  X


1 Consejos a Lemuel, rey de Massa, que se los entregó su madre:

2 ¡No, hijo mío! ¡No, niño mío! ¡Tú, mi primogénito, al que pedí con tanto anhelo!

3 No entregues tu vigor a las mujeres, líbrate de los abrazos de las que pierden a los reyes.

4 A los reyes, no les conviene, Lemuel, que tomen vino, ni a los príncipes que abusen de licores fuertes,

5 porque podrían embriagarse, olvidarse de los decretos, y violar los derechos de los pobres.

6 Dale bebidas fuertes al que va a morir, dale vino al que está en la tristeza;

7 que tome, que se olvide de su miseria, que no se acuerde más de su desgracia.

8 Abre la boca en favor del mudo, sostén la causa de todos los desamparados.

9 Abre la boca y juzga a los pobres y afligidos con verdadera justicia.

10 Una mujer de carácter, ¿dónde hallarla? Es mucho más preciosa que una perla.

11 Sabe su esposo que de ella puede fiarse: con ella saldrá siempre ganando.

12 Le reporta felicidad, sin altibajos, durante todos los días de su vida.

13 Ella se ha conseguido lana y lino porque trabaja con manos hacendosas.

14 Como los barcos de los comerciantes, hace que su pan venga de lejos.

15 Se levanta cuando aún es de noche para dar de comer a los de su casa.

16 ¿Tiene idea de un campo? Ya lo compró: una viña que pagó con su trabajo.

17 Se pone con ardor a trabajar porque tiene en sus brazos el vigor.

18 Vio que sus negocios iban bien, su lámpara no se apagó toda la noche:

19 sus manos se ocupaban en la rueca, al huso sus dedos daban vuelta.

20 Le tendió la mano al pobre, la abrió para el indigente.

21 No le hace temer la nieve por los suyos porque todos tienen abrigos forrados.

22 Para ella se hizo cobertores, y lleva un vestido de lino y de púrpura.

23 Su marido es conocido entre los oficiales, porque se sienta entre los ancianos del país.

24 Vende telas que ha teñido, hasta el comerciante le compra un cinturón.

25 Va irradiando salud y dignidad, mira con optimismo el porvenir.

26 Lo que dice es siempre muy juicioso, tiene el arte de transmitir la piedad.

27 Atenta a las actividades de su mundo, no es de aquellas que comen sin trabajo.

28 Sus hijos quisieron felicitarla, su marido es el primero en alabarla:

29 "¡Las mujeres valientes son incontables, pero tú a todas has superado!"

30 ¡El encanto es engañoso, la belleza pasa pronto, lo admirable en una dama es la sabiduría!

31 Reconózcanle el trabajo de sus manos: un público homenaje merecen sus obras".