Salmos 52:7 - He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas, Y se mantuvo en su maldad. (Versículos como Salmos 52:7)

Isaías 59:4 - No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad. (Versículos como Isaías 59:4)

Ezequiel 8:12 - Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. (Versículos como Ezequiel 8:12)

Isaías 44:20 - De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha? (Versículos como Isaías 44:20)

Job 22:13-14 - ¿Y dirás tú: ¿Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará a través de la oscuridad? Las nubes le rodearon, y no ve; Y por el circuito del cielo se pasea. (Versículos como Job 22:13)

Salmos 62:9-10 - Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en la balanza, Serán menos que nada. No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas. (Versículos como Salmos 62:9)

Eclesiastés 8:8 - No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee. (Versículos como Eclesiastés 8:8)

Jeremías 23:24 - ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? (Versículos como Jeremías 23:24)

Ezequiel 28:2-6 - Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios; he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto. Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros. Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios, (Versículos como Ezequiel 28:2)