Salmos 63:1 - Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, (Versículos como Salmos 63:1)

Salmos 88:9 - Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos. (Versículos como Salmos 88:9)

Job 11:13 - Si tú dispusieres tu corazón, Y extendieres a él tus manos; (Versículos como Job 11:13)

Isaías 26:8-9 - También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. (Versículos como Isaías 26:8)

Juan 7:37 - En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. (Versículos como Juan 7:37)

Salmos 84:2 - Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. (Versículos como Salmos 84:2)

Salmos 42:1-2 - Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? (Versículos como Salmos 42:1)

Salmos 44:20 - Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno, (Versículos como Salmos 44:20)

Isaías 35:7 - El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos. (Versículos como Isaías 35:7)