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SALMOS 107 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia.

2 Díganlo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo,

3 Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del occidente, Del norte y del sur.

4 Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, Sin hallar ciudad en donde vivir.

5 Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos.

6 Entonces clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones.

7 Los dirigió por camino derecho, Para que viniesen a ciudad habitable.

8 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

9 Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta.

10 Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros,

11 Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del Altísimo.

12 Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; Cayeron, y no hubo quien los ayudase.

13 Luego que clamaron a Jehová en su angustia, Los libró de sus aflicciones;

14 Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones.

15 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

16 Porque quebrantó las puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de hierro.

17 Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión Y a causa de sus maldades;

18 Su alma abominó todo alimento, Y llegaron hasta las puertas de la muerte.

19 Pero clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones.

20 Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina.

21 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres;

22 Ofrezcan sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo.

23 Los que descienden al mar en naves, Y hacen negocio en las muchas aguas,

24 Ellos han visto las obras de Jehová, Y sus maravillas en las profundidades.

25 Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso, Que encrespa sus ondas.

26 Suben a los cielos, descienden a los abismos; Sus almas se derriten con el mal.

27 Tiemblan y titubean como ebrios, Y toda su ciencia es inútil.

28 Entonces claman a Jehová en su angustia, Y los libra de sus aflicciones.

29 Cambia la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas.

30 Luego se alegran, porque se apaciguaron; Y así los guía al puerto que deseaban.

31 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres.

32 Exáltenlo en la congregación del pueblo, Y en la reunión de ancianos lo alaben.

33 El convierte los ríos en desierto, Y los manantiales de las aguas en sequedales;

34 La tierra fructífera en estéril, Por la maldad de los que la habitan.

35 Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en manantiales.

36 Allí establece a los hambrientos, Y fundan ciudad en donde vivir.

37 Siembran campos, y plantan viñas, Y rinden abundante fruto.

38 Los bendice, y se multiplican en gran manera; Y no disminuye su ganado.

39 Luego son menoscabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.

40 El esparce menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar perdidos, vagabundos y sin camino.

41 Levanta de la miseria al pobre, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.

42 Véanlo los rectos, y alégrense, Y todos los malos cierren su boca.

43 ¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?

  X


1 ¡Den gracias al Señor porque él es bueno, porque es eterna su misericordia!

2 Que lo digan los que el Señor rescató, que rescató de manos del adversario,

3 que reunió de todos los países del oriente y poniente, del norte y del sur.

4 Erraban por el desierto, por la estepa, sin hallar el camino de una ciudad poblada.

5 Tenían hambre, pero más tenían sed, su alma en ellos ya desfallecía.

6 Pero al Señor clamaron en su angustia y él los libró de su aflicción,

7 los encaminó por una ruta recta para que llegaran a una ciudad poblada.

8 Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres.

9 Dio de beber a la garganta seca y los hambrientos los colmó de bienes.

10 Habitaban en la sombra y en tinieblas, atenazados por la miseria y los hierros,

11 por no haber escuchado las palabras de Dios y despreciado los consejos del Altísimo.

12 En la pena El sumió su corazón, sucumbían y nadie los socorría.

13 En su angustia clamaron al Señor: y él los liberó de su aflicción,

14 los sacó de la sombra, de las tinieblas y rompió sus cadenas.

15 ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres!

16 Pues él rompió las puertas de bronce y destrozó los cerrojos de fierro.

17 Vueltos locos en su mal camino, y desdichados a causa de sus faltas,

18 sentían asco de cualquier alimento y estaban a las puertas de la muerte.

19 Pero en su angustia clamaron al Señor y él los liberó de su aflicción.

20 Les envió a su palabra, los sanó y salvó sus vidas de la tumba.

21 ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres!

22 Ofrezcan sacrificios de acción de gracias, cuenten sus obras con cánticos de júbilo.

23 Los que bajan al mar en sus navíos y negocian entre las grandes aguas,

24 estos han visto las obras del Señor, sus maravillas en las profundidades.

25 A su orden surgió un viento huracanado, que levantaba las olas;

26 subían a los cielos, bajaban a los abismos, su alma se consumía en el mareo;

27 por el vértigo, titubeaban como un ebrio, toda su pericia había sido tragada.

28 Pero al Señor clamaron en su angustia y él los hizo salir de su aflicción.

29 Hizo que amainara la tormenta y las olas del mar enmudecieron.

30 Se alegraron al ver calmado todo, y los llevó al puerto deseado.

31 ¡Den gracias al Señor por su bondad, sus maravillas con los hijos de los hombres!

32 Que lo exalten en la asamblea del pueblo y lo alaben en el consejo de ancianos.

33 El convierte los ríos en desierto y en tierra seca las vertientes de agua;

34 la tierra fértil se cubre de sal debido a la maldad de sus habitantes.

35 Pero cambia el desierto en napa de agua y la tierra árida en fuente de agua;

36 allí hace que habiten los hambrientos y funden una ciudad habitable.

37 Siembran sus campos y plantan viñedos, recolectan sus frutos.

38 Los bendice, se multiplican mucho, y su ganado no se les reduce.

39 Luego disminuyeron y se vieron abatidos bajo el peso de males y desgracias,

40 pero él, que derrama el desprecio sobre los grandes y los hace errar en un desierto sin caminos,

41 levanta al pobre de su miseria y multiplica las familias como el rebaño.

42 Los hombres rectos véanlo y alégrense, pero todo lo que es vil cierre la boca.

43 ¡El que sea sabio, que medite estas cosas y reconozca las bondades del Señor!