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1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
2 Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos.
3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu juventud.
4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec.
5 El Señor está a tu diestra; Quebrantará a los reyes en el día de su ira.
6 Juzgará entre las naciones, Las llenará de cadáveres; Quebrantará las cabezas en muchas tierras.
7 Del arroyo beberá en el camino, Por lo cual levantará la cabeza.
1 Palabra del Señor a mi señor: "¡Siéntate a mi derecha y ve cómo hago de tus enemigos la tarima de tus pies!"
2 Desde Sión extenderá el Señor el cetro de tu mando: domina en medio de tus enemigos.
3 "Tuyo es el principado desde el día de tu nacimiento; de mí en el monte sagrado tú has nacido; como nace el rocío de la aurora".
4 Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres para siempre sacerdote a la manera de Melquisedec".
5 A tu diestra está el Señor, aplasta a los reyes en el día de su cólera;
6 juzga a las naciones: está lleno de cadáveres, y de cabezas rotas a lo ancho de la tierra.
7 El bebe del torrente, en el camino, por eso levanta su cabeza.