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La Palabra de Dios preservada y viva

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SALMOS 139 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.

2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.

3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.

4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.

5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.

6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.

7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.

9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,

10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.

11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.

12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.

14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.

16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.

17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!

18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.

20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre.

21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos?

22 Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos.

23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;

24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

  X


1 Señor, tú me examinas y conoces,

2 sabes si me siento o me levanto, tú conoces de lejos lo que pienso.

3 Ya esté caminando o en la cama me escudriñas, eres testigo de todos mis pasos.

4 Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, la conoces entera.

5 Me aprietas por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí.

6 Me supera ese prodigio de saber, son alturas que no puedo alcanzar.

7 ¿Adónde iré lejos de tu espíritu, adónde huiré lejos de tu rostro?

8 Si escalo los cielos, tú allí estás, si me acuesto entre los muertos, allí también estás.

9 Si le pido las alas a la Aurora para irme a la otra orilla del mar,

10 también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu derecha.

11 Si digo entonces: "¡Que me oculten, al menos, las tinieblas y la luz se haga noche sobre mí!"

12 Mas para ti ni son oscuras las tinieblas y la noche es luminosa como el día.

13 Pues eres tú quien formó mis riñones, quien me tejió en el seno de mi madre.

14 Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe.

15 Mis huesos no te estaban ocultos cuando yo era formado en el secreto, o bordado en lo profundo de la tierra.

16 Tus ojos veían todos mis días, todos ya estaban escritos en tu libro y contados antes que existiera uno de ellos.

17 ¡Tus pensamientos, Dios, cuanto me superan, qué impresionante es su conjunto!

18 ¿Pormenorizarlos? Son más que las arenas, nunca terminaré de estar contigo.

19 ¡Ojalá, oh Dios, mataras al malvado y se alejaran de mí los sanguinarios,

20 arman maquinaciones en tu contra y no toman en cuenta tus declaraciones!

21 Señor, ¿no debo odiar a los que te odian y estar hastiado de los que te atacan?

22 Con un odio perfecto yo los odio y para mí también son enemigos.

23 Examíname, oh Dios, mira mi corazón, ponme a prueba y conoce mi inquietud;

24 fíjate si es que voy por mal camino y condúceme por la antigua senda.