< Anterior |
Siguiente > |
1 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado.
2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.
3 Para los santos que están en la tierra, Y para los íntegros, es toda mi complacencia.
4 Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres.
5 Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.
6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.
8 A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9 Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;
10 Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
2 Guárdame, oh Dios, pues me refugio en ti. Yo le he dicho: "Tú eres mi Señor, no hay dicha para mí fuera de ti.
3 Los dioses del país son sólo mugre, ¡malditos sean los que los escogen
4 y que corren tras ellos! Tan sólo penas cosecharán. No les ofreceré libaciones de sangre ni llevaré sus nombres a mis labios.
5 El Señor es la herencia que me toca y mi buena suerte: ¡guárdame mi parte!
6 El cordel repartidor me dejó lo mejor, ¡magnífica yo encuentro mi parcela!
7 Yo bendigo al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye mi conciencia.
8 Ante mí tengo siempre al Señor, porque está a mi derecha jamás vacilaré.
9 Por eso está alegre mi corazón, mis sentidos rebosan de júbilo y aún mi carne descansa segura:
10 pues tú no darás mi alma a la muerte, ni dejarás que se pudra tu amigo.
11 Me enseñarás la senda de la vida, gozos y plenitud en tu presencia, delicias para siempre a tu derecha.