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La Palabra de Dios preservada y viva

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SALMOS 18 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.

2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.

4 Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de perversidad me atemorizaron.

5 Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte.

6 En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

7 La tierra fue conmovida y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él.

8 Humo subió de su nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por él encendidos.

9 Inclinó los cielos, y descendió; Y había densas tinieblas debajo de sus pies.

10 Cabalgó sobre un querubín, y voló; Voló sobre las alas del viento.

11 Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí; Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.

12 Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes.

13 Tronó en los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Granizo y carbones de fuego.

14 Envió sus saetas, y los dispersó; Lanzó relámpagos, y los destruyó.

15 Entonces aparecieron los abismos de las aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del aliento de tu nariz.

16 Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas.

17 Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.

18 Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo.

19 Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.

20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios.

22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no me he apartado de sus estatutos.

23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,

24 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.

25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro.

26 Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso.

27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos altivos.

28 Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.

29 Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros.

30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan.

31 Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?

32 Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino;

33 Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;

34 Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce.

35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me ha engrandecido.

36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado.

37 Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, Y no volví hasta acabarlos.

38 Los herí de modo que no se levantasen; Cayeron debajo de mis pies.

39 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí.

40 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Para que yo destruya a los que me aborrecen.

41 Clamaron, y no hubo quien salvase; Aun a Jehová, pero no los oyó.

42 Y los molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo de las calles.

43 Me has librado de las contiendas del pueblo; Me has hecho cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía me sirvió.

44 Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños se sometieron a mí.

45 Los extraños se debilitaron Y salieron temblando de sus encierros.

46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;

47 El Dios que venga mis agravios, Y somete pueblos debajo de mí;

48 El que me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí; Me libraste de varón violento.

49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.

50 Grandes triunfos da a su rey, Y hace misericordia a su ungido, A David y a su descendencia, para siempre.

  X


1

2 Yo te amo, Señor, mi fuerza,

3 El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria.

4 Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos.

5 Las aguas de la muerte me envolvían, los torrentes devastadores me aterraban;

6 las redes de la muerte me cercaban, ante mí estaban tendidas trampas mortales.

7 En mi angustia yo invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. Mi clamor llegó hasta sus oídos y desde su Templo oyó mi voz.

8 Tembló la tierra y se estremeció, se sacudieron las bases de los montes, que temblaban con sólo ver su furor.

9 Subía humo de sus narices y de su boca salía un fuego abrasador que arrojaba carbones encendidos.

10 El inclinó los cielos y descendió, con una densa nube bajo sus pies.

11 Montó en un querubín y emprendió vuelo; planeaba sobre las alas del viento.

12 En torno a él, un manto de tinieblas, un oscuro aguacero era su toldo.

13 Un resplandor lo iba precediendo con granizos y brasas encendidas.

14 Tronó el Señor desde los cielos, el Altísimo hizo oír su voz.

15 Tiró sus flechas y los dispersó, lanzó sus rayos y los derrotó.

16 Entonces apareció el fondo del mar y las bases del mundo se descubrieron, al ver, Señor, tu enojo, al pasar el soplo de tus narices.

17 Desde lo alto su mano me tomó, y me rescató de las aguas profundas.

18 Me libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo.

19 Me asaltaron el día en que me iba mal, pero el Señor vino en mi ayuda.

20 Me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba.

21 El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y él me lo paga.

22 Porque guardé los caminos del Señor y no hice el mal lejos de mi Dios.

23 Me acuerdo siempre de sus decisiones, y nunca descarto sus mandamientos.

24 Ante él soy irreprochable y me cuido de cometer pecado alguno.

25 Por eso me retribuye según mis méritos, según mi pureza que sus ojos ven.

26 Con el que es fiel, tú te muestras fiel, si alguien no falla, tampoco tu le fallas.

27 Con el que es sin doblez, tú eres leal, pero con los tramposos eres mañoso.

28 Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros.

29 Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas!

30 Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla.

31 Mi Dios, su proceder es perfecto, y su palabra es a toda prueba. El es un escudo para cualquiera que se acoja a él.

32 Pues, ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿quién es la Roca, sino nuestro Dios?

33 Es un Dios que me reviste de fuerza, un Dios que allana mis caminos.

34 Asemeja mis pies a los de la cierva, y me hace estar de pie en las alturas.

35 Adiestra mis manos para el combate, y mis brazos para tensar el arco de bronce.

36 Tú me das tu escudo de salvación; tu mano me sostiene, tus favores me agrandan.

37 Puedo alargar el paso, y mis tobillos no van a flaquear.

38 Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no volveré hasta que estén exterminados.

39 Doy un golpe, y no pueden rehacerse, caen y quedan tendidos a mis pies.

40 Me revistes de fuerza en el combate, y doblegas ante mí a mis agresores.

41 Haces que mis enemigos den la espalda, y a cuantos me odiaban aniquilo.

42 Aunque griten, nadie los salvará, claman al Señor, pero no les responde.

43 Los trituro como polvo que se lleva el viento, los pisoteo como el barro del camino.

44 Me libras de las querellas de mi pueblo, y me pones al frente de las naciones. Un pueblo que no conocía me sirve.

45 Los hijos de extranjeros me adulan, apenas oyen mi voz, me obedecen.

46 Los extranjeros pierden el ánimo, y salen temblando de sus fortalezas.

47 ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Ensalzado sea el Dios que me salva!

48 Oh Dios que me concedes el desquite y colocas los pueblos a mis pies,

49 que me libras de mis enemigos y me encumbras por encima de mis agresores, tú me salvas de la gente violenta.

50 Por eso te ensalzaré, Señor, y en medio de los pueblos cantaré tu Nombre,

51 tú que a tu rey das victoria tras victoria, y sigues con tus favores a tu ungido, a David y a su descendencia para siempre.