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La Palabra de Dios preservada y viva

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SALMOS 22 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

2 Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y no hay para mí reposo.

3 Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

4 En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste.

5 Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

6 Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

7 Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:

8 Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.

9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.

10 Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; Porque no hay quien ayude.

12 Me han rodeado muchos toros; Fuertes toros de Basán me han cercado.

13 Abrieron sobre mí su boca Como león rapaz y rugiente.

14 He sido derramado como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas.

15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte.

16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.

17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan.

18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.

19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a socorrerme.

20 Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi vida.

21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.

22 Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.

23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel.

24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.

25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le temen.

26 Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.

27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.

28 Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones.

29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el que no puede conservar la vida a su propia alma.

30 La posteridad le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera generación.

31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que él hizo esto.

  X


1

2 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste? ¡Las palabras que lanzo no me salvan!

3 Mi Dios, de día llamo y no me atiendes, de noche, mas no encuentro mi reposo.

4 Tú, sin embargo, estás en el Santuario, de allí sube hasta ti la alabanza de Israel.

5 En ti nuestros padres esperaron, esperaban y tú los liberabas.

6 A ti clamaban y quedaban libres, su espera puesta en ti no fue fallida.

7 Mas yo soy un gusano y ya no un hombre, los hombres de mí tienen vergüenza y el pueblo me desprecia.

8 Todos los que me ven, de mí se burlan, hacen muecas y mueven la cabeza:

9 "¡Confía en el Señor, pues que lo libre, que lo salve si le tiene aprecio!"

10 Me has sacado del vientre de mi madre, me has confiado a sus pechos maternales.

11 Me entregaron a ti apenas nacido; tú eres mi Dios desde el seno materno.

12 No te alejes de mí, que la angustia está cerca, y no hay nadie que pueda ayudarme.

13 Me rodean novillos numerosos y me cercan los toros de Basán.

14 Amenazándome abren sus hocicos como leones que desgarran y rugen.

15 Yo soy como el arroyo que se escurre; todos mis huesos se han descoyuntado; mi corazón se ha vuelto como cera, dentro mis entrañas se derriten.

16 Mi garganta está seca como teja, y al paladar mi lengua está pegada: ya están para echarme a la sepultura.

17 Como perros de presa me rodean, me acorrala una banda de malvados. Han lastimado mis manos y mis pies.

18 Con tanto mirarme y observarme pudieron contar todos mis huesos.

19 Reparten entre sí mis vestiduras y mi túnica la tiran a la suerte.

20 Pero tú, Señor, no te quedes lejos; ¡fuerza mía, corre a socorrerme!

21 Libra tú de la espada mi alma, de las garras del can salva mi vida.

22 Sálvame de la boca del león, y de los cuernos del toro lo poco que soy.

23 Yo hablaré de tu Nombre a mis hermanos,