< Anterior |
Siguiente > |
1 Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; Me oprime combatiéndome cada día.
2 Todo el día mis enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.
3 En el día que temo, Yo en ti confío.
4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
5 Todos los días ellos pervierten mi causa; Contra mí son todos sus pensamientos para mal.
6 Se reúnen, se esconden, Miran atentamente mis pasos, Como quienes acechan a mi alma.
7 Pésalos según su iniquidad, oh Dios, Y derriba en tu furor a los pueblos.
8 Mis huidas tú has contado; Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?
9 Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí.
10 En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré.
11 En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos; Te tributaré alabanzas.
13 Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.
2 Oh Dios, ten piedad de mí, que me hostilizan; me acosan asaltantes todo el día,
3 me hostigan todo el día y me miran cómo me debato. ¡Qué numerosos son mis adversarios!
4 En ti pondré, oh Altísimo, mi confianza el día que tenga miedo.
5 Renuevo mi fe en las palabras de Dios, confío en Dios y no temo más: ¿qué me puede hacer un ser de carne?
6 Oigo todo el día palabras hirientes, no piensan más que en hacerme daño.
7 Se agrupan, se ocultan, me siguen el rastro, se lanzan a la caza de mi vida.
8 Después de tanta maldad, que no se escapen, que sobre ellos recaiga, oh Dios, la furia de los paganos.
9 Tu contaste mis disgustos, recogiste mis lágrimas en tu odre.
10 Retrocederán mis enemigos el día que te invoque. Sé muy bien que Dios está conmigo.
11 Mi fe renuevo en las palabras de Dios, tengo fe en la palabra del Señor;
12 confío en Dios y no temo más, ¿qué puede hacerme un hombre?
13 No me olvido, oh Dios, de mis promesas, te ofreceré sacrificios para darte gracias,
14 porque me sacaste de la muerte; no dejaste que diera un paso en falso. En presencia de Dios seguiré caminando a la luz de los vivos.