< Anterior |
Siguiente > |
1 Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.
2 Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,
3 Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo.
4 Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas. Selah
5 Porque tú, oh Dios, has oído mis votos; Me has dado la heredad de los que temen tu nombre.
6 Días sobre días añadirás al rey; Sus años serán como generación y generación.
7 Estará para siempre delante de Dios; Prepara misericordia y verdad para que lo conserven.
8 Así cantaré tu nombre para siempre, Pagando mis votos cada día.
2 Oh Dios, escucha mi clamor, atiende a mi plegaria.
3 Desde el confín de la tierra yo te grito, mientras el corazón me desfallece.
4 Llévame a la roca muy alta para mí, pues tú eres mi refugio, una torre poderosa ante el enemigo.
5 Quiero compartir tu tienda para siempre, cobijarme en el repliegue de tus alas.
6 Pues tú, oh Dios, escuchaste mis votos; cumples el deseo de los que temen tu nombre.
7 Prolonga los días del rey, multiplícalos, que vea transcurrir generaciones.
8 Que reine y sirva a Dios eternamente, que lo guarden tu gracia y fidelidad.
9 Entonces cantaré por siempre a tu nombre y cumpliré mis promesas día tras día.