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SALMOS 71 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 En ti, oh Jehová, me he refugiado; No sea yo avergonzado jamás.

2 Socórreme y líbrame en tu justicia; Inclina tu oído y sálvame.

3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

4 Dios mío, líbrame de la mano del impío, De la mano del perverso y violento.

5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud.

6 En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza.

7 Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte.

8 Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día.

9 No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

10 Porque mis enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,

11 Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.

12 Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro.

13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.

14 Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más.

15 Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número.

16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.

17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.

18 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir,

19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?

20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.

21 Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme.

22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel.

23 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, Y mi alma, la cual redimiste.

24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.

  X


1 En ti, Señor, confío, que no me decepcione.

2 En tu justicia tú querrás defenderme, inclina a mí tu oído y sálvame.

3 Sé para mí una roca de refugio, una ciudad fortificada en que me salve, pues tú eres mi roca, mi fortaleza.

4 Líbrame, oh Dios, de la mano del impío, de las garras del malvado y del violento,

5 pues tú eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud.

6 En ti me apoyé desde mis primeros pasos, tú me atrajiste desde el seno de mi madre, y para ti va siempre mi alabanza.

7 Pero ahora para muchos soy un escándalo, y sólo me quedas tú, mi amparo seguro.

8 Llena de tu alabanza está mi boca, de tu esplendor, el día entero.

9 No me despidas ahora que soy viejo, no te alejes cuando mis fuerzas me abandonan.

10 Pues mis enemigos hablan contra mí y los que esperan mi muerte hacen sus planes.

11 Dicen: "Dios lo ha abandonado; persíganlo y agárrenlo, nadie lo ayudará".

12 Oh Dios, no te alejes de mí, Dios mío, ven pronto a socorrerme.

13 Que queden humillados, cubiertos de vergüenza, los que me ponen asechanzas. Que el insulto y la infamia los envuelvan a los que quieren mi desgracia.

14 Yo entonces, siempre en ti esperaré, y te alabaré como no se ha hecho nunca.

15 Mi boca contará tus obras justas y tu salvación a lo largo del día, pues son más de lo que podría decir.

16 Ahondaré las hazañas del Señor, recordaré tu justicia que es sólo tuya.

17 Oh Dios, me has enseñado desde joven, y hasta ahora anuncié tus maravillas;

18 si ahora estoy viejo y decrépito, oh Dios, no me abandones. A esta generación anunciaré tu poder, y a los que vengan después, tu valentía

19 y tu justicia, oh Dios, que llega al cielo. Pues, ¿quién como tú, oh Dios, que has hecho grandes cosas?

20 Tú que me hiciste pasar tantas penas y miserias, volverás para hacerme revivir, y me harás subir de nuevo del abismo.

21 Volverás a ponerme de pie y tendré de nuevo tu consuelo.

22 Entonces te daré gracias al son del arpa por tu fidelidad, oh Dios. Con la cítara te entonaré salmos, oh Santo de Israel.

23 Te aclamarán mis labios y mi alma que tú redimiste.

24 Tarareará mi lengua todo el día: "Es cierto que él es justo, pues están confundidos y humillados los que querían mi desgracia".