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SALMOS 9 Paralela rv60
y bla95

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Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)


1 Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.

2 Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

3 Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron y perecieron delante de ti.

4 Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia.

5 Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.

6 Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas.

7 Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio.

8 El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.

9 Jehová será refugio del pobre, Refugio para el tiempo de angustia.

10 En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.

11 Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad entre los pueblos sus obras.

12 Porque el que demanda la sangre se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.

13 Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las puertas de la muerte,

14 Para que cuente yo todas tus alabanzas En las puertas de la hija de Sion, Y me goce en tu salvación.

15 Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red que escondieron fue tomado su pie.

16 Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion. Selah

17 Los malos serán trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios.

18 Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente.

19 Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las naciones delante de ti.

20 Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que no son sino hombres. Selah

  X


1

2 Que mi alma alabe al Señor y proclame todas sus maravillas...

3 En ti me alegraré y me regocijaré, y cantaré a tu Nombre, oh Altísimo.

4 Porque mis enemigos retroceden, tropiezan y perecen ante ti.

5 Te has sentado en tu trono, cual juez justo y has reivindicado mi causa y mis derechos.

6 Has abatido a las naciones, has hecho perecer a los malvados y has borrado su nombre para siempre.

7 Los enemigos fueron aniquilados, arruinados sin remedio; sus ciudades fueron devastadas, perdido su recuerdo.

8 Pero el Señor reina para siempre y establece su trono para el juicio.

9 Gobernará la tierra con justicia y juzgará con rectitud a las naciones.

10 El Señor es un bastión para el oprimido, un refugio para los tiempos de angustia.

11 Que en ti confíen los que veneran tu nombre, porque no abandonas, Señor, a los que te buscan.

12 Canten al Señor, que mora en Sión, y publiquen entre los pueblos sus hazañas.

13 Pues pide cuentas por la sangre vertida, se acuerda de los oprimidos y no olvida su clamor.

14 Ten compasión de mí, Señor, mira cómo me afligen los que me odian. Sácame de las puertas de la muerte,

15 para que proclame tus maravillas, en las puertas de la hija de Sión, feliz y agradecido por tu salvación.

16 En la fosa que cavaron se han hundido los paganos y su pie quedó atrapado en la trampa que escondieron.

17 El Señor se ha manifestado, ha dictado su sentencia, y el pecador quedó atrapado en la obra de sus manos.

18 Que vuelvan al abismo los malvados, todos los paganos que olvidan al Señor.

19 Porque no será olvidado el pobre para siempre ni será en vano la esperanza del humilde.

20 ¡Levántate, Señor, que el hombre no triunfe, y sean en tu presencia juzgadas las naciones!

21 Infúndeles terror, oh Señor, que sepan los paganos que sólo son hombres.