“ Además, el Dios [verdadero] envió un ángel a Jerusalén para arruinarla; y tan pronto empezó a arruinarla, Jehová lo vio, y empezó a sentir pesar respecto a la calamidad; y por eso dijo al ángel que estaba causando la ruina: “¡Basta! Ahora deja caer tu mano”. Y el ángel de Jehová estaba de pie cerca de la era de Ornán el jebuseo.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)