“ Y Jabez empezó a invocar al Dios de Israel, diciendo: “Si me bendices sin falta y verdaderamente agrandas mi territorio y tu mano realmente resulta estar conmigo, y realmente [me] conservas de calamidad, para que no me lastime...”. Por consiguiente, Dios hizo que llegara [a suceder] lo que había pedido.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)