“ Ante eso, Asá tomó toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey y los puso en la mano de sus siervos; y ahora el rey Asá los envió a Ben-hadad hijo de Tabrimón hijo de Hezión, el rey de Siria, que estaba morando en Damasco, y dijo:
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)