1 SAMUEL 17:10 Contexto

Y el asta de madera de su lanza era como el enjulio de los obreros del telar, y la hoja de su lanza era de seiscientos siclos de hierro; y el que llevaba el escudo grande venía marchando delante de él. Entonces se detuvo y se puso a gritar a las líneas de batalla de Israel y a decirles: “¿Para qué salen a ponerse en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo y ustedes siervos que pertenecen a Saúl? Escójanse un hombre, y que baje él a mí. Si él puede pelear conmigo y de veras me derriba, entonces tendremos que hacernos siervos de ustedes. Pero si yo mismo puedo más que él y de veras lo derribo, entonces ustedes tienen que hacerse siervos nuestros, y tendrán que servirnos”. Y el filisteo siguió diciendo: “Yo mismo de veras desafío a las líneas de batalla de Israel este día. ¡Denme un hombre y peleémonos!”. Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, entonces se aterrorizaron y tuvieron muchísimo miedo. Ahora bien, David era hijo de aquel efrateo de Belén de Judá cuyo nombre era Jesé. Y este tenía ocho hijos. Y en los días de Saúl el hombre era ya viejo entre los hombres. Y los tres hijos mayores de Jesé procedieron a irse. Fueron tras Saúl a la guerra, y los nombres de sus tres hijos que fueron a la guerra eran Eliab el primogénito, y su segundo hijo Abinadab y el tercero Samah.

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Referencia Cruzada de 1 SAMUEL 17:10