“ Y ahora, señor mío, tan ciertamente como que Jehová vive y vive tu alma, Jehová te ha retenido de entrar en culpa de sangre y de hacer que tu propia mano venga en tu salvación. Y ahora, que tus enemigos y los que procuran el perjuicio de mi señor lleguen a ser como Nabal.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)