“ En cuanto a Eliseo, él había enfermado de la enfermedad de que había de morir. De modo que Jehoás el rey de Israel bajó a él y empezó a llorar sobre su rostro y a decir: “¡Padre mío, padre mío, el carro de guerra de Israel y sus hombres de a caballo!”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)