“ Y a los hijos de los que lo derribaron no dio muerte, conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés que Jehová impuso como mandato, diciendo: “Padres no deben ser muertos por hijos, e hijos mismos no deben ser muertos por padres; sino que por su propio pecado cada uno debe ser muerto”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)