“ Y aconteció que en aquella noche el ángel de Jehová procedió a salir y a derribar a ciento ochenta y cinco mil [hombres] en el campamento de los asirios. Cuando unas personas se levantaron muy de mañana, pues, allí todos eran cadáveres muertos.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)