“ Y Ezequías procedió a escucharles y a mostrarles toda su casa del tesoro, la plata y el oro y el aceite balsámico y el buen aceite y su arsenal y todo cuanto se hallaba en sus tesoros. Resultó que no hubo cosa alguna que Ezequías no les mostrara en su propia casa y en todo su dominio.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)