“ Y aconteció que, en cuanto el rey de Israel leyó la carta, inmediatamente rasgó sus prendas de vestir y dijo: “¿Soy yo Dios, para dar muerte y conservar vivo? Pues esta persona envía a mí para que dé recobro de su lepra a un hombre; porque nada más fíjense, por favor, y vean cómo anda buscando una riña conmigo”.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)