“ Y Eliseo se puso a orar y decir: “Oh Jehová, ábrele los ojos, por favor, para que vea”. Inmediatamente Jehová abrió los ojos al servidor, de manera que él vio; y, ¡mire!, la región montañosa estaba llena de caballos y carros de guerra de fuego todo en derredor de Eliseo.
.”
Traducción del Nuevo Mundo 1987 (tnm)